Brindo por el futuro que entre todos seamos capaces de construir
De lo peor siempre puede nacer lo mejor. Ese fue el mensaje que los héroes de Tucumán le dejaron a las futuras generaciones. Jorge Barroetaveña Siempre es posible situarse por encima de las circunstancias y pensar en las generaciones por venir. Y siempre es posible renunciar a las ambiciones personales. Se puede y vaya si lo demostraron.En esta misma edición, la Profesora Nora Martín describe cómo fueron aquellos días en los que un puñado de diputados declararon la independencia. Cuál era el contexto, y hasta dónde llegaban sus limitaciones. Desde la influencia en cuerpo y alma de Belgrano hasta la epistolar de San Martín o la heroica resistencia en el norte de Guemes y sus gauchos. Si hubiera sido por las consecuencias directas del 25 de Mayo de 1810, se hubieran quedado de brazos cruzados. Había más hambruna, muertes por la guerra y peleas internas. El saldo de haber formado el primer gobierno patrio estaba lejos de verse aún, y la posibilidad atractiva de volver a ser colonia siempre estaba latente. Cuando San Martín desde Mendoza les preguntaba en nombre de quién liberaría Chile y Perú sólo grillos le contestaban. Lo mismo se preguntaba Guemes, de qué servía su resistencia heroica, también en nombre de quién lo hacía. Pero aquellos hombres, tenían tras de sí, la ilusión del futuro que los alumbraba. Que ninguno de ellos vería, quizás ni sus hijos o sus nietos, pero sí los que los sucediesen. La historia argentina está plagada de los buenos ejemplos. De San Martín que prefirió el exilio antes que levantar su sable contra sus hermanos. De Belgrano que murió pobre, sin tener un mango para pagarle al médico. O de Guemes que murió en un catre de campaña después de agonizar días y días.Lo que demuestan los 200 años del Bicentenario de la Independencia es que efectivamente, eran hombres de carne y hueso, con sus miserias y sus grandezas a cuestas, pero fueron capaces de sobreponerse a ellas y pensar en los demás, sin renunciar a sus ideales. La historiografía argentina se ha empeñado en las últimas décadas en mostrarlos también con sus miserias y no está mal tampoco. Pero sus virtudes fueron infinitamente superiores y la magnitud de su legado no tiene parangón ni hay nada que le pueda hacer mella.Al cabo, las sociedades necesitan de los buenos ejemplos para nutrir sus ideales. En la Argentina de los bolsos revoleados cuesta encontrar esa directriz. Es fácil perderse en el camino de la descalificación o extraviarse en el excepticismo clásico de todos los políticos son iguales, o la política no sirve para nada, sólo para robar. Desde lo más profundo de nuestra historia, estos personales demostraron que se puede hacer otra cosa y lo hicieron, sin pensar en las consecuencias que esto les traería a ellos mismos. San Martín tenía una carrera militar brillante que trocó para venir a pelear por su patria, sin saber qué le pasaría. Belgrano descollaba en todo lo que hacía, como abogado, comerciante o hasta periodista. Si hasta militar tuvo que ser para estar a la altura de los acontecimientos y también ahí sobresalió. Ambos pudieron haber tenido una vida llena de lujos y placeres pero eligieron los inexistentes caminos de la patria.La Argentina encara hoy sus dos centurias de independencia atravesando otro momento histórico. Es la primera vez, desde el retorno a la democracia que en el poder no está ni un peronista ni un radical. Signo de los nuevos tiempos quizás o de la imposibilidad que han tenido los partidos tradicionales de responder a las demandas. Pero es un camino que habrá que desandar con paciencia y las luces bien encendidas. La democracia es alternancia, y hay que aprender a convivir con las diferencias. Tenemos, sin dudas, un sistema aún increíblemente imperfecto. Millones viven en la pobreza y sin perspectivas de futuro. Qué pecado no? Justo en lo que más pensaron los héroes de Tucumán, se lo hemos cercenado a muchos argentinos. Pero de nada sirve lamentarse, habría que mirarse en el espejo de aquel país, para volver a recrearlo, con sus sueños e ideales.La política es participación y compromiso. Ni bolsos revoleados ni obras sobrefacturadas. La política no es mentira oculta, sino verdad rebelada. La política no es para que se salven los políticos sino para salvar a la gente. Aquel país de hace 200 años estaba lleno de analfabetos, por eso apareció un personaje como Sarmiento obsesionado con la educación, con la escuela pública como instrumento. Necesitamos muchos más 'Sarmientos', 'San Martines' o 'Belgranos'. Y es posible, por qué no? Si alguna vez los tuvimos para echar las bases del país que tenemos hoy.Basta con mirarnos al espejo y darnos cuenta que podemos volver a ser. Pero nada será fácil, el esfuerzo no terminará nunca y es probable, como aquellos héroes, que nosotros tampoco lo veamos. Los sueños son el motor de la vida de los pueblos, hay que ponerlos a rodar sin miedo y crear las condiciones para que se concreten. "Se levanta sobre la tierra una nueva y gloriosa Nación...", Argentina salud y el deseo del futuro que entre todos seamos capaces de construir.
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