OPINIÓN
Brechas de Género en el mercado laboral: ¿Preferencia o discriminación estructural?
A pesar de que actualmente las mujeres terminan en mayor proporción la secundaria y la universidad, las brechas de género persisten en el mercado laboral.
Cuando se mira el nivel de educación alcanzado por la población de entre 25 y 29 años en la última década (2003-2023), se observa que cada vez son más los jóvenes con secundario completo, nivel terciario o universitario, y que el porcentaje de mujeres con estudios supera siempre al de los varones. Con el tiempo, la cantidad de años totales de educación se fue equiparando y en el 2023, el 79% de mujeres de este rango etario terminó el secundario, en comparación con un 68% de los varones (11 puntos porcentuales más).
Sin embargo, si bien las mujeres terminan en mayor proporción la secundaria y la universidad, el salario de ellas es entre un 22% y un 27% menos que el de los hombres (2016-2023). Muchas veces esta brecha salarial se sigue justificando por una creencia de que las mujeres tienen preferencias por carreras más sociales y no de las ciencias exactas, las cuales son peores pagas. Por lo tanto, según esta creencia, las brechas salariales se mantendrían al día de hoy por una mera diferencia en las preferencias de carreras de hombres y mujeres. Si bien esto puede explicar una parte de la realidad, no es toda la historia.
Para corroborar esta teoría, en un último informe que realizamos desde Argentinos por la Educación, nos propusimos observar las 15 disciplinas universitarias y profesorados con mayor cantidad de graduados en la Argentina hoy y comparar los graduados mujeres y varones dentro de las mismas para ver por estas diferencias en la elección de carreras. Entre las mismas se encuentran, psicología, medicina, educación, ingeniería, derecho, biología, arquitectura, auxiliares de la medicina y odontología, entre otras. Observamos que incluso ahí, en 13 de las 15 disciplinas analizadas las egresadas mujeres ganan, en promedio, menos que los egresados varones. Las únicas dos excepciones se dan en Ciencias de la Información y de la Comunicación, donde las mujeres ganan un 1% más que los varones, y en Química donde este número asciende al 6,3%. En el otro extremo, las mayores diferencias salariales a favor de los varones se dan en las disciplinas Paramédicas y Auxiliares de la Medicina, y en Economía y Administración, donde las mujeres ganan, en promedio, 21% y 17,2% menos que los varones, respectivamente.
Entonces, si las preferencias no explican todo y no son los años de educación, ¿qué sostiene la brecha salarial hoy en día en el mercado laboral? Cuando se analiza la historia de los últimos 200 años, en una primera etapa esta brecha venía dada por discriminaciones implícitas, es decir algo más cultural, por lo cual el hombre accedía en mayor medida a niveles superiores de educación y también explícitas: leyes que no permitían el acceso de la mujer al voto, a diferentes tipos de trabajo, etc. Por lo tanto, en ese momento las brechas salariales que se daban en el mercado laboral se veían justificadas por una mayor cantidad de años de educación de los varones y ciertas áreas a las cuales las mujeres no tenían acceso.
Claudia Goldin, premio Nobel de Economía del 2023, demuestra que las desigualdades en el mercado laboral se dan principalmente por dos motivos: la maternidad y la inflexibilidad del mercado laboral. La evidencia muestra que una vez que tienen hijos, el salario de la mujer cae muy fuertemente cuando el del varón se mantiene o incluso aumenta. Entonces, sigue habiendo una concepción cultural de que la mujer es la que se tiene que hacer cargo de los hijos. Además, cuando la mujer vuelve al mercado laboral después de ser madre, se inserta por lo general en trabajos más flexibles o part time para poder seguir haciéndose cargo de sus hijos. Por lo general este tipo de trabajos se encuentran en la informalidad por lo que son peor remunerados, por ejemplo las trabajadoras de casas particulares.
Llegamos a un momento de la historia en que ya no hay diferencias explícitas ni implícitas para que la mujer siga ganando menos. Como sociedad, nos estamos perdiendo de gran capital humano en el mercado laboral sin llegar a nuestro potencial. ¿Hasta cuándo permitiremos que estos obstáculos sigan limitando el verdadero potencial de nuestras sociedades? ¿No es momento de replantear nuestros esquemas laborales y culturales para finalmente cerrar esta brecha injusta?