ENTREVISTA EXCLUSIVA
Gustavo Bordet: “El peronismo tiene que comenzar un proceso de reconstrucción”
El Diputado nacional y exgobernador abordó el presente del peronismo y afirmó que deben hacer una gran autocrítica y volver a tender puentes con los sectores de la sociedad que le retiraron el apoyo. Además, habló sobre el presente de la Argentina de Milei y su relación con su sucesor Rogelio Frigerio.
El 10 de diciembre pasado, Gustavo Bordet le entregó la banda a Rogelio Frigerio y luego de 8 años dejó la Casa Gris y su cargo como Gobernador de Entre Ríos. Sin embargo, ahora su rol está en el Congreso, más específicamente en la Cámara de Diputados, donde muy pronto tendrá que lidiar con los vericuetos y discusiones por la aprobación o no del mega DNU del presidente Javier Milei.
Mientras tanto, el ex mandatario provincial también es consciente sobre una situación más puertas adentro: la reconstrucción del peronismo luego de la derrota electoral del año pasado. Lo cierto es que el partido quedó sin líderes claros, con una necesidad absoluta de volver a representar a los sectores que históricamente apoyaron y volver a recuperar la confianza de un electorado que, tras los cuatro años de Alberto Fernández como presidente, decidió poner sus esperanzas en sitios totalmente alejados del PJ.
“Los proceso de autocrítica se están dando dentro del peronismo. El año pasado, en algunos departamentos se dio lista de unidad, mientras que en otros hubo elecciones internas. El PJ tiene que plantearse ser una oposición constructiva para poder volver a ser gobierno en el futuro. Hay que construir condiciones de gobernabilidad”, sostuvo Bordet en una entrevista exclusiva con Ahora ElDía.
“El peronismo tiene que comenzar un proceso de reconstrucción para ofrecer a la sociedad, porque si seguimos repitiendo recetas estamos destinados a perder nuevamente. Tenemos que ser una fuerza superadora. Debemos ser convocantes y llamar a quienes formar parte activa de un proceso económico político que no nos ha votado. Tenemos que ir hacia una coalición diferente que nos permita un posicionamiento para salir mucho mejor que lo que le está yendo a la argentina. Todo eso tiene que ver con este camino del medio, centrarnos en una mesa, poner los intereses superiores por encima de las diferencias y consolidarnos como fuerza política”, afirmó.
En este sentido, Bordet aventuró que “hay que reconfigurar un programa, tener en claro hacia dónde vamos y hacia donde apuntamos. Y creo que nuestro espacio político ha tenido una mirada muy centralista, enfocada en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el AMBA. Pero en las provincias es distinto porque siempre hemos tenido relación con todos los sectores. La reconfiguración del justicialismo tiene que incorporar a los sectores que la están pasando mal. Tiene que representar al comercio, a la industria y a los sectores productivos. No podemos seguir con esta antinomia, algo que yo nunca lo sentí y que los gobernadores justicialistas tampoco sintieron”.
Lo cierto es que la pérdida de terreno del peronismo no es exclusiva de ese partido, sino que los partidos políticos tradicionales experimentaron –y siguen experimentando en la actualidad– una gran falta de credibilidad. Luego de cuatro años de una gestión con políticas de ajustes encabezadas por Mauricio Macri y cuatro años más de una presidencia encabezada por Alberto Fernández que estuvo surcada por los conflictos internos y que no supo cumplir con las expectativas del regreso del PJ a la Casa Rosada, el caldo de cultivo para que un outsider como Javier Milei llegue a la Presidencia estuvo en su punto justo en las elecciones de 2023.
“Todo esto sucedió por un proceso que comenzó en 2015, cuando Cambiemos propuso un cambio, pero que no funcionó. Con Alberto Fernández y Cristina Kirchner las cosas no fueron mejores. Entonces, ahora se da esta situación porque un gran sector de la sociedad está decepcionado por esos 8 años y no encontró en ninguno de los candidatos de los partidos tradicionales alguien que crea que puede resolver esta situación”, sintetizó
“Se castigó en general a dos expresiones políticas que polarizaron durante los últimos 20 años la política argentina. Esa polarización fue muy marcada y no posibilitó que hubiera una alternativa por el centro. Lo intentamos en un momento con algunos gobernadores, pero es una pena porque es lo que le da criterio de racionalidad, porque son muy fuertes las antinomias. Entonces todo lo que está en el medio de esas posiciones tan extremas no tiene gravitación y termina licuándose para un lado o el otro. En los tiempos que vienen para la región es muy necesario encontrar criterios republicanos y democráticos”, agregó.
“Hay expresiones políticas que se fueron del peronismo a las cuales tenemos que tenderle la mano y volver a encontrar todos juntos un camino común. Tenemos que volver a hablar con Córdoba, donde el peronismo ha perdido una gran base. No podemos prescindir eso en aras de un fundamentalismo ideológico que nos va a hacer seguir perdiendo elecciones”, concluyó.
El presente del país
“La del presidente Milei es una política de ajuste muy severa para alcanzar equilibrio fiscal. A mí me costó 3 años poder ordenar los números de la provincia, y soy un defensor del equilibrio fiscal, pero no se puede lograr en dos meses de una manera feroz, que golpea fuerte el bolsillo de los trabajadores y las clases medias”, afirmó Bordet sobre las medidas que está llevando adelante el Gobierno nacional, como la fallida Ley Ómnibus que cayó en el Congreso y el mega DNU que obtuvo un duro revés en la Cámara de Senadores y que ahora depende que siga vigente o no en Diputados.
“El 56% del balotaje no quiere decir que votó de forma ciega a Javier Milei. El porcentaje que se sumó en la segunda vuelta lo hizo con la expectativa de un cambio, pero no es un cheque en blanco que se le entregó al Presidente. Y menos para que tenga un mega DNU que es inconstitucional. Todo el arco constitucionalista está en desacuerdo con el DNU”, sostuvo.
“Yo siempre seguiré teniendo una relación de respeto y dialogo, siempre respondo con la verdad a cuestiones que no coinciden con mi visión. Esto no quiere decir que tenemos que estar en una oposición destructiva, y quien gobierne tiene que saber que las críticas sirven para mejorar las gestiones. De los problemas políticos se sale con diálogo y consenso, y no creo en la lógica binaria de que si no estás conmigo, entonces sos mi enemigo”, remarcó.
Su relación con Frigerio, su sucesor
Desde que comenzó la nueva gestión de Juntos por el Cambio en Entre Ríos, muchas críticas estuvieron apuntadas no sólo a los mandatos encabezados por Gustavo Bordet sino a las dos décadas en las que el peronismo estuvo en el Poder. En este sentido, el ex mandatario provincial camina sigiloso el terreno de las contestaciones cruzadas y prefiere un camino más protocolar.
“Yo no estoy para criticar y evaluar la gestión del gobernador Frigerio. No soy yo quien tiene que hacerlo. Sí he tenido expresiones donde he planteado determinadas cuestiones, que en un contexto nacional complejo y complicado, hay que poner claridad sobre lo que está aconteciendo”, argumentó.
Sin embargo, también defendió su gestión y lo que dejó cuando se fue: “El 10 de diciembre entregamos una provincia con orden fiscal, con pago de sueldos y aumentos superiores a la inflación, con el pago de los proveedores y contratistas provinciales al día. Dejé en caja 48 millones de dólares para un vencimiento que operaba en febrero, que era un bono que se había emitido en 2017”.
“Yo creo que se reclamó una herencia cuando acá en Entre Ríos había una sociedad sin conflicto y con paz social. El gobernador Frigerio decidió hablar de la herencia, pero no de la mecánica de desfinanciamiento de las provincias, porque para cerrar el déficit, Nación dejó de enviarle plata a las provincias, y ese es el problema que enfrenta ahora”, señaló.