LA COLA DE UN TORNADO, CERQUITA DE LA CIUDAD
Así quedó Las Piedras, el epicentro de la tormenta de agua, granizo y viento
En la tarde del miércoles el cielo se oscureció rápidamente para que en pocos minutos se desatara una tormenta corta y potente, la cual voló techos, destrozó tinglados, galpones, tambos, lotes implantados con maíz de segunda y árboles de gran porte, los cuales arrancó de cuajo.
Por Fabián Miró
Los videos subidos por habitantes de la zona rural distante a 12 kilómetros de Gualeguaychú graficaron la violencia de la tormenta que redujo la visibilidad a cero en la colonia Las Piedras por el vendaval de agua, vientos con ráfagas muy intensas y de caída de granizo, que pulverizó los pocos cultivos que habían sobrevivido a la sequía. Ahora ElDía recorrió parte de Las Piedras y dialogó con algunos de los vecinos afectados.
René Eckerdt acompañado de su esposo Horacio Vitasse hizo un alto en las tareas de arreglo y colocación de las chapas que se volaron, el secado de toda la ropa de cama, muebles y demás enseres que se mojaron con la voraz lluvia.
“A las 18 del miércoles comenzó esta historia que toda mi vida jamás había experimentado. Estábamos en la galería tomando mate como lo hacemos habitualmente junto a un empleado, cuando notamos que empezó a oscurecer muy de golpe. Notamos que un frente de tormenta se había formado para el norte, algo extraño porque las tormentas vienen del Oeste o del Sur. Decidimos entrar a la cocina y de repente se levantó un viento muy fuerte y comenzó a llover y a caer piedras del tamaño de una pelota de tenis. La casa empezó a temblar y nosotros a mirarnos el uno al otro como preguntándonos que está pasando”, informó a Ahora ElDía.
“La lluvia no dejaba ver nada y las chapas de tres de las habitaciones fueron arrancadas por la fuerza de la tempestad. Salieron despedidas por la magnitud del fenómeno climático en lo que fue el inicio de una noche muy larga. La tormenta duró unos 25/30 minutos, pero en ese lapso la lluvia caída fue de 65 milímetros”, explicó.
“Por suerte no nos pasó nada a los que estábamos en una casa que terminó inundada y la podemos contar. Destaco la “solidaridad de los vecinos, de la gente de la ciudad de la Aldea San Antonio que nos están dando una mano grandísima en la recuperación y reconstrucción del techo. Salvamos algunas chapas y estamos colocando tirantes que teníamos guardados. La Policía vino enseguida, al igual que Defensa Civil”, destacó René.
A unos 600 metros se ubica el tambo de Luis Sittner, que quedó hecho un manojo de chapas y hierro. “Estábamos en plena tarea de tambo con ordeñe, preparando el alimento para las vacas cuando nos sorprendió la tormenta. A duras penas pude guardar los vehículos en los galpones y guarecernos en el sector donde está el equipo de frío. Sabíamos que ahí las chapas que volaban como si fuesen de papel, a unos 80 kilómetros por hora estimo, no nos iban a alcanzar”.
“Fueron 20 minutos o más en que nos protegimos como pudimos, hasta que pasara algo que nunca imaginamos. Fue algo extraño porque la tormenta vino del sector norte para luego rotar al oeste y posteriormente al este que fue cuando embolsó el tinglado. Las chapas que se volaron hay que reponerla al igual que la estructura del tinglado”, acotó.
Cerró diciendo que “unas pocas hectáreas de maíz que tenían como destino transformarse en alimento para las vacas fue arrasado por la tormenta en lo que es una pérdida muy importante para nosotros”.
Finalmente, Gustavo Michel, quien vive a la vera de la Ruta 14, se encontraba a siete kilómetros en un campo que da al río Gualeguaychú: “Estaba haciendo camino en el monte cuando escuche tronar de una manera muy extraña. Cada vez con más fuerza y el cielo a tornarse muy oscuro”, recordó.
“Volví a casa y guardé la camioneta en un galpón que parecía estallar con la fuerza del viento que arrancó de cuajo eucaliptus de muchos años, además de destrozar un galponcito que hace las veces de depósito”, concluyó.