LA MUERTE DE UN GRANDE
Así hablaba Pino: su lucha, sus ideales y la huella en Gualeguaychú
Pino Solanas fue documentalista, cineasta; se dedicó a la política desde el Movimiento Proyecto Sur y dejó una enorme huella que muchos eligieron seguir caminando. Preocupado por los alimentos y el uso de los agrotóxicos hizo un profundo viaje hacia los pueblos fumigados. Su obra dejó innumerables investigaciones y denuncias.
Por Mónica Farabello Pino Solanas murió en París. Estaba desempeñando funciones como embajador argentino ante la UNESCO y tenía 84 años. Desde hacía semanas se encontraba internado con un estado de salud delicado a causa del Covid-19; un virus que continúa azotando a la humanidad. Muy lejos de París, pero muy cerca de Gualeguaychú, tuve la gran suerte de conocer a Pino Solanas. Un hombre con una mirada crítica de la realidad actual y de las formas de producir los alimentos que comemos a diario. Estaba sentado bajo un árbol, en el gran patio de la escuela rural Bartolito Mitre. Allí se reunía a conversar con la docente Estela Lemes, un emblema de la lucha contra las fumigaciones. Ella convive con el glifosato en la sangre y se convirtió en una de las fieles colaboradoras de los trabajos documentales de Pino Solanas. Llegamos con el sol del mediodía. Mi compañero, Luciano Peralta y yo, entrevistamos a Pino. Hablamos sobre el documental “Viaje a los Pueblos Fumigados”, que en ese momento estaba en proceso de ser finalizado y por supuesto, aún no había sido estrenado. Me impactó la fuerza de sus conceptos, la claridad de sus ideas y la tenacidad con la que luchaba un hombre que caminaba los pasos de una adultez llena de juventud. La charla con Pino… debajo de un árbol Pino Solanas recorrió diferentes provincias del país para conocer sus problemáticas. Así llegó a Gualeguaychú, en busca de la docente Estela Lemes, a quien conoció “como de casualidad”, según contaba. El documental de los pueblos fumigados comenzó a ser diagramado el 20 de diciembre de 2001. “Cuando vi en la televisión que la policía montada arremetía sobre manifestantes pacíficos que estaban en Plaza de Mayo y entre ellos estaban las madres de Plaza de Mayo, me di cuenta que estaba en otro país”, fueron sus palabras. En este profundo viaje hacia el interior de nuestra Argentina, fue que conoció la enorme problemática de convivir con los agroquímicos “en la cabeza”, o peor…¡en la sangre! Fue por esto que decidió enfocarse de lleno a filmar el documental que finalmente se estrenó en distintas salas del país. El pueblo come alimentos tanto vegetales como los envasados con una proporción de agrotóxicos y sustancias químicas que lo está enfermando y matando. Nadie lo sabe, o los que lo saben lo disimulan Calificó a esta problemática como “el drama de la intoxicación que tiene la población Argentina; el pueblo come alimentos tanto vegetales como los envasados con una proporción de agrotóxicos y sustancias químicas que lo está enfermando y matando. Nadie lo sabe, o los que lo saben lo disimulan. El hombre urbano y contemporáneo hace varias décadas que ha delegado el control de la fabricación de los alimentos que consume ¿Por qué lo ha delegado? Tal vez porque la publicidad lo ha convencido de que tal marca o tal otra son de confianza absoluta y hay que confiar en ellos. Pero cualquier planta de lechuga tiene de diez a veinticinco agrotóxicos, pesticidas o funguicidas, que no están solo en la parte externa de la hoja que la puedes lavar con lavandina o con lo que sea y sino que está en la estructura”. El recordado cineasta dijo que esto “es responsabilidad de un gobierno nacional. Debería ser política pública. En cada alimento que comemos hay conservantes, saborizantes, colorantes, hormonas. Y si no hay hormonas, hay antibióticos. La carne que comemos es en un 75- 80% de feedlot. Se les da cualquier porquería mezclada con hormonas. Los pollos de Entre Ríos son un claro ejemplo. Este es un pueblo fumigado. Acá pasa el mosquito o el avión; acá a un kilómetro fumigaron, pero ¡no sean ignorantes! fumigaron a un kilómetro pero la fumigación está en el aire, ¡está en la atmósfera!” Los mensajes de Solanas En aquella entrevista realizada en el patio de la escuela rural, Pino denunció que “el modelo agrario argentino es una verdadera monstruosidad. Terminó con las pasturas naturales, terminó con los bosques nativos. La sojización avanza y vienen las consecuencias como por ejemplo, que no hay nada que retenga las aguas. Llueve y está todo cubierto de agua. En todo el país se ha hecho desastre por culpa del uso de agrotóxicos. Se ha fumigado con horror, matando todo, inclusive a los animales domésticos de los que viven al lado de esos campos. El modelo de producción agrícola actual es en gran parte responsable de los peores flagelos que azotan hoy día a esta sociedad La ignorancia de la clase dirigente, los gobernantes municipales, provinciales, nacionales. El desconocimiento es muy grande, porque no hay ninguna prohibición de nada. Existen países muy viejos y bastante más cultos, el caso de Europa donde está prohibido el glifosato y todas estas porquerías. Se siguen usando productos naturales, desde antes que existiera la química y penetrara en el proceso de la agricultura y la industria”. El aplauso a Gualeguaychú Una vez terminado su documental, el cineasta y Senador viajó a la ciudad para presentar Viaje a los pueblos fumigados. Fue en junio de 2018: En ese contexto rescató y elogió la ordenanza de glifosato cero y aplaudió la puesta en marcha del Plan de Alimentación, Sana, Segura y Soberana del Municipio. “En todo el país se ha hecho desastre por culpa del uso de agrotóxicos. Se ha fumigado con horror, matando todo, inclusive a los animales domésticos de los que viven al lado de esos campos. El modelo de producción agrícola actual es en gran parte responsable de los peores flagelos que azotan hoy día a esta sociedad”, sostuvo Solanas en una charla con ElDía antes de la avant premier en el cine local. La película narra la investigación de Solanas por siete provincias argentinas sobre las secuelas sociales y ambientales que dejó el modelo transgénico con agrotóxicos. Con historias y testimonios dramáticos de sus protagonistas (pobladores, chacareros e investigadores), la realidad se expone durante 97 minutos. El documental también resalta la eco-agricultura como una manera viable y sustentable para producir alimentos sanos, libre de pesticidas, y naturales. Un perfil único Durante el estreno de su película Memorias del Saqueo, Pino Solanas calificó a Cuba y Venezuela como ejemplos de democracia plena. En la misma presentación, Hugo Chávez le dedicó palabras elogiosas al director de cine. Fernando Ezequiel Solanas nació en Olivos, Provincia de Buenos Aires el 16 de febrero de 1936. El 10 de diciembre de 2009 asumió como diputado nacional por la ciudad de Buenos Aires por el movimiento Proyecto Sur, del cual es el principal referente. En 1962 realizó su primer cortometraje de ficción Seguir andando. En 1968 realizó su primer largometraje La Hora de los Hornos, trilogía documental sobre el neocolonialismo y la violencia en el país y en América Latina. En 1969 fundó el grupo Cine Liberación. La película obtuvo múltiples premios internacionales y se difundió en más de 70 países. En 1975 terminó Los Hijos de Fierro, su primer largometraje de ficción. Meses antes, había sido amenazado de muerte por la Triple A y en 1976 un comando de la Marina intentó secuestrarlo. Parte al exilio hacia España y se estableció finalmente en Francia, donde realizó en 1980 el documental La mirada de los otros. En 1985, filmó la película Tangos... El Exilio de Gardel, con la que obtuvo los más importantes galardones en el Festival de Cine de Venecia y en el de La Habana. Terminó de filmar la película Sur en 1988, por la que recibió el Premio al mejor director en el Festival de Cannes y en varios festivales más. En 1991 la Fundación Konex le otorgó el Premio Konex de Platino 1991 como el mejor Director de Cine de la década 1981-1990. Debido a que recibió cuatro disparos en las piernas de parte de un grupo comando, al que consideró ligado al gobierno de Carlos Saúl Menem, se vio obligado a postergar el rodaje de la película El Viaje en el que muestra numerosos dibujos en acrílico del dibujante Alberto Breccia, que recién concluyó en 1992. En 1998 concluyó La Nube, que resultó premiada en el Festival Internacional de Cine de Venecia. Por otra parte, el Festival de La Habana lo galardonó con el Gran Coral a su trayectoria. En 2005 estrenó La dignidad de los nadies, que recibió premios en Venecia, Montreal, Valladolid y La Habana. El 5 de diciembre de 2005 fue distinguido por el Fondo Nacional de las Artes con el Gran Premio a la Trayectoria. En 2007, Pino Solanas fue condecorado como habitante distinguido en Santiago de Cuba, por la Asamblea Municipal del Poder Popular local. En septiembre de 2008 estrenó La próxima estación una película documental que trata sobre las pésimas condiciones del servicio ferroviario en Argentina y de las posibilidades de mejoras así como de la corrupción reinante desde la privatización. Recibió condecoraciones de los gobiernos de Italia y Francia y la máxima distinción cultural cubana: la Orden Félix Varela. En 2011 volvió a recibir un Premio Konex esta vez como uno de los 5 mejores documentalistas de la década 2001-2010. Escribió numerosos artículos sobre cine, cultura y política tanto en Argentina como en el resto de América Latina y Europa. Escribió el ensayo La Mirada (1989); Cine Cultura y Descolonización, en colaboración con Octavio Getino (1971); y un ensayo de investigación, Yacyretá: Crónica de un despojo (1996).
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