EL HORROR EN PRIMERA PERSONA
Allanaron La Salada por una mujer que denunció haber sido secuestrada, drogada y violada
Según el relato de la joven, la liberaron semidesnuda diez horas después en el barrio porteño de Constitución. El resultado del operativo realizado por la Policía de la Ciudad de Buenos Aires
La Policía de Buenos Aires allanó en las últimas horas la feria La Salada, en el partido bonaerense de Lomas de Zamora, luego de que una mujer denunciara que fue drogada, secuestrada y abusada sexualmente mientras realizaba compras. Según la denuncia, dos hombres la abordaron, la subieron a una camioneta y la violaron. Después, la llevaron a unos monoblocks. “Llegó la hora”, escuchó que decían. Allí la siguieron abusando por horas hasta que la dejaron abandonada, semidesnuda, en el barrio de Constitución.
El procedimiento fue efectuado por efectivos de la División Investigaciones Comunales 1, en la zona denominada Urkupiña dentro del predio situado en el cruce de las calles Bruno Tavano, Tilcara y Pergamino, por disposición del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Nº11, a cargo de Paula Petazzi.
El allanamiento tuvo como resultado el secuestro de filmaciones de adentro y fuera del predio. Incluso, los agentes se llevaron el listado de empleados y personal de seguridad que prestó servicio en la fecha que ocurrió el ataque.
La denuncia fue realizada por la mujer de 30 años. La víctima habló con Infobae luego de realizar la denuncia y relató el brutal episodio. “De golpe apareció un hombre de unos 20 años que intentó pasar justo por donde yo estaba parada y me chocó con su cuerpo. Quise avanzar y salí de ahí. Dos hombres estaban muy cerca detrás de mío y me seguían”, denunció.
Buscó cruzar el pasillo hacia un puesto donde vendían calzas. Una mujer de seguridad de cabello rubio y corto, vestía chaleco verde, pasó hablando por “handy”. “Enseguida me empiezo a sentir mareada.”
Según la denuncia a la que accedió Infobae, la víctima contó: “Yo llevaba mi riñonera en mi mano y ahí nomás, sentí que me la sacaron y simultáneamente me agarraron de mi mano, tipo novios, entrecruzando los dedos de la mano de quien me sujeto con los míos y ese sujeto me habló como si yo fuera su pareja, me decía cosas como: “¿mi amor, estás bien?”, “¿querés ir afuera?”, le dijo. El hombre le pasó la riñonera a su cómplice y le dijo: “Andá para el baño”, según la denuncia.
Los hombres tenían gorras y sus caras a medio tapar, como con unos cuellos de polar que usaban tipo barbijos. Uno de ellos era “muy alto, grandote”, dijo la víctima. El hombre que la había tomado de la mano la llevó por uno de los pasillos dentro de “Urkupiña”. La joven de seguridad los cruzó. “La miré, me miró y no hizo nada; mientras tanto quien me seguía sujetando de la mano me llevó hasta el pasillo del fondo del galpón”, dijo la víctima.
“Después de ahí tengo partes muy borrosas, pero sí recuerdo haber visto cajeros de algún banco en las inmediaciones de la feria, recuerdo que nos quedamos detenidos y parados allí por un largo rato, no puedo precisar cuánto. Yo miraba y escuchaba, pero mi cuerpo seguía sin responder. Me subieron a un auto en su parte trasera y no sé a dónde me llevaron. Recuerdo que comenzaron a sacarme toda la ropa entre dos hombres, pero en los asientos de adelante del auto había uno o dos sujetos más, incluso me sacaron el pantalón y la bombacha, pero luego me volvieron a poner el pantalón y seguidamente me acostaron de costado sobre el asiento para que yo no pudiera mirar para adelante y me taparon con mi campera”, describió.
Sin tener del todo conciencia, la mujer relató que la violaron en el vehículo. “De momento me despertaba y sentía que me apretaban y me mordían los pezones, me pegaron cachetazos y golpes en la cabeza. En un momento advertí que uno de ellos estaba arriba mío de frente con su cara tapada y una remera blanca. Sentí cómo me violó, yo intentaba gritar y él me tapaba la boca, mientras otro de ellos me agarraba”.
“Después me bajaron del auto y me llevaron a uno edificio tipo monoblock que era de color verde y me encapucharon. Yo no veía nada y me daban de tomar un líquido amargo”. La víctima escuchó que entre ellos gritaron “llegó la hora”. La siguieron tocando, golpeando, violando durante horas. “Me ataron las manos y me hicieron cosas horribles”, declaró.
No sabe cómo, pero la dejaron semidesnuda, de noche, en el barrio de Constitución. Antes que la soltaran, escuchó que uno dijo: “Tenés un dios aparte. Te salvaste”. La encontró la Policía de la Ciudad a los que les pidió ayuda y les contó lo que pasó. Habían pasado más de diez horas desde que había desaparecido de La Salada.