Algunos medios y una hipótesis
Independientemente del conocimiento que se tenga sobre los alcances de la nueva Ley de Medios y más allá de la posición (a favor o en contra) de cada uno, resultaría oportuno intentar una visión retrospectiva, que nos ayude a abstraernos del reduccionismo simplista de un pensamiento dicotómico (si o no, blanco o negro) - al que somos tan peligrosamente proclives -, para intentar identificar la posible responsabilidad de algunos actores claves para la formación social (como por ejemplo "algunos grandes medios" nacionales), en el proceso de deterioro de la sociedad argentina y a partir de allí, imaginar la naturaleza de las voluntades que están en juego, detrás de uno u otro proyecto.
Por José María Blanco
OpiniónComo punto de partida - y no es un dato menor - es necesario tener en cuenta que los diseños geopolíticos internacionales (que son siempre pensados para el largo plazo y que alcanzan horizontes de planeamiento estratégico de 50 ó 100 años), siempre buscan potenciar determinados intereses (económicos, la mayoría de las veces) y recurren para ello - si lo consideran necesario - a la ruptura de la matriz cultural imperante en cada pueblo (importantes analogías "seductoras" podrían encontrarse desde la conquista de América hasta las realidades actuales de la ex Unión Soviética, China o algunos países asiáticos).Apenas una hipótesis...En Argentina, el primer ensayo para reemplazar el compromiso militante (con base en la ideología) por el spot televisivo (con base en el consumo) se dio en 1973 (a través de la fórmula Chamizo-Ondarts, del partido Nueva Fuerza - cuyo máximo referente era Alvaro Alsogaray-) fue un rotundo fracaso, que solo alcanzó el 1,97 % de los votos, frente al casi 50 % de Cámpora-Solano Lima (FREJULI - liderado por el peronismo -), iniciando así lo que conocemos como "la primavera democrática", al que personalmente considero como el más vibrante proceso democrático que me tocó vivir, ya que la fórmula triunfante fue la consecuencia de una militancia comprometida "con la ideología, con la brocha y con las pintadas callejeras", NO del aparato propagandístico-mediático para instalar un candidato.Sin embargo, los intereses globales que habían descubierto el poder de los medios como exclusivo escenario de la democracia (debate Kennedy-Nixon en EEUU- que posibilitó un claro triunfo del primero sobre el segundo-), ya habían soñado y puesto en marcha un futuro de desidiologización planetaria (diseño estratégico de Kissinger para la Guerra Fría) que culminaría muchos años después con el gran triunfo del neoliberalismo, a través de la caída del Muro de Berlín -significando el fin de las ideologías y convirtiendo al mundo en un único gran mercado-, "leyeron" claramente aquella derrota electoral y fueron por más: "había que romper la matriz de pensamiento imperante en el país" (recurrieron a la Dictadura para el "trabajo sucio") para instalar "democracias formales" con nuevas técnicas y escenarios para la construcción política (Consenso de Washington mediante, los Medios de Comunicación reemplazaron a cada claustro estudiantil, a cada hogar, a cada fábrica, a cada unidad básica o comité, como ámbito para la discusión política), cambiando -vía las encuestas- el pensamiento propio por el de "los otros" (Neustadt, Grondona, etc.).Lo que siguió después ya es conocido por todos, los candidatos -generalmente triunfantes-"fabricados por la TV y los Diarios" solo promovieron: 1°) la pobreza estructural (los '80), con una inflación superior al seis mil por ciento. 2°) el desempleo estructural (los '90), con un incremento en las importaciones de bienes de consumo -y cierre de fábricas- de casi el dos mil por ciento y 3°) la pauperización del salario (los '00), con una mayor demanda que oferta de empleo. Así lograron "latinoamericanizar" nuestro país, que hasta 1974 era uno de los 10 más poderosos de la tierra (su PBI per cápita era superior al de Japón o España por ejemplo) y lo que es peor, consiguieron que nuestro pueblo delegue en la televisión, su capacidad para diseñar el futuro.Por eso, cuando se habla de la "nueva" Ley de Medios, pensemos seriamente de que estamos hablando, para ello solo se requiere un cierto ejercicio de la memoria (podría empezarse por Primera Plana -nació en 1962 como medio de apoyo propagandístico a la facción Azul del Ejército (Onganía)- y sus embates contra Illia. "El país espera un Moisés, porque vislumbró la tierra prometida", había escrito Mariano Grondona pocos días antes del golpe de Estado de 1966) para descubrir cuales son los verdaderos intereses están en juego.
Por José María Blanco
OpiniónComo punto de partida - y no es un dato menor - es necesario tener en cuenta que los diseños geopolíticos internacionales (que son siempre pensados para el largo plazo y que alcanzan horizontes de planeamiento estratégico de 50 ó 100 años), siempre buscan potenciar determinados intereses (económicos, la mayoría de las veces) y recurren para ello - si lo consideran necesario - a la ruptura de la matriz cultural imperante en cada pueblo (importantes analogías "seductoras" podrían encontrarse desde la conquista de América hasta las realidades actuales de la ex Unión Soviética, China o algunos países asiáticos).Apenas una hipótesis...En Argentina, el primer ensayo para reemplazar el compromiso militante (con base en la ideología) por el spot televisivo (con base en el consumo) se dio en 1973 (a través de la fórmula Chamizo-Ondarts, del partido Nueva Fuerza - cuyo máximo referente era Alvaro Alsogaray-) fue un rotundo fracaso, que solo alcanzó el 1,97 % de los votos, frente al casi 50 % de Cámpora-Solano Lima (FREJULI - liderado por el peronismo -), iniciando así lo que conocemos como "la primavera democrática", al que personalmente considero como el más vibrante proceso democrático que me tocó vivir, ya que la fórmula triunfante fue la consecuencia de una militancia comprometida "con la ideología, con la brocha y con las pintadas callejeras", NO del aparato propagandístico-mediático para instalar un candidato.Sin embargo, los intereses globales que habían descubierto el poder de los medios como exclusivo escenario de la democracia (debate Kennedy-Nixon en EEUU- que posibilitó un claro triunfo del primero sobre el segundo-), ya habían soñado y puesto en marcha un futuro de desidiologización planetaria (diseño estratégico de Kissinger para la Guerra Fría) que culminaría muchos años después con el gran triunfo del neoliberalismo, a través de la caída del Muro de Berlín -significando el fin de las ideologías y convirtiendo al mundo en un único gran mercado-, "leyeron" claramente aquella derrota electoral y fueron por más: "había que romper la matriz de pensamiento imperante en el país" (recurrieron a la Dictadura para el "trabajo sucio") para instalar "democracias formales" con nuevas técnicas y escenarios para la construcción política (Consenso de Washington mediante, los Medios de Comunicación reemplazaron a cada claustro estudiantil, a cada hogar, a cada fábrica, a cada unidad básica o comité, como ámbito para la discusión política), cambiando -vía las encuestas- el pensamiento propio por el de "los otros" (Neustadt, Grondona, etc.).Lo que siguió después ya es conocido por todos, los candidatos -generalmente triunfantes-"fabricados por la TV y los Diarios" solo promovieron: 1°) la pobreza estructural (los '80), con una inflación superior al seis mil por ciento. 2°) el desempleo estructural (los '90), con un incremento en las importaciones de bienes de consumo -y cierre de fábricas- de casi el dos mil por ciento y 3°) la pauperización del salario (los '00), con una mayor demanda que oferta de empleo. Así lograron "latinoamericanizar" nuestro país, que hasta 1974 era uno de los 10 más poderosos de la tierra (su PBI per cápita era superior al de Japón o España por ejemplo) y lo que es peor, consiguieron que nuestro pueblo delegue en la televisión, su capacidad para diseñar el futuro.Por eso, cuando se habla de la "nueva" Ley de Medios, pensemos seriamente de que estamos hablando, para ello solo se requiere un cierto ejercicio de la memoria (podría empezarse por Primera Plana -nació en 1962 como medio de apoyo propagandístico a la facción Azul del Ejército (Onganía)- y sus embates contra Illia. "El país espera un Moisés, porque vislumbró la tierra prometida", había escrito Mariano Grondona pocos días antes del golpe de Estado de 1966) para descubrir cuales son los verdaderos intereses están en juego.
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