HISTORIAS MIGRANTES, PARTE 2
Alan, el mexicano viajero que conoció a una gualeguaychuense y le cambió su vida
El contexto económico, y la hiperglobalización acentúan el fenómeno de la migración, la cual algunas veces es elegida y otras, forzada.
Por Camila Mateo
Según la Dirección Nacional de Migraciones de Argentina, desde la mitad del 2020 hasta mediados del 2021 casi 60 mil personas se fueron del país y una proporción menor ingresó o volvió a territorio nacional. No hay datos actualizados al día de la fecha sobre la situación.
Lo cierto es que detrás de toda migración, hay experiencias e historias particulares, y más allá de las fotos de postal que inundan las redes sociales y, que muchas veces romantizan el irse del país de origen, la realidad es distinta, tiene grises. Y en ocasiones, migrar es navegar en esos matices.
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México-Gualeguaychú
Alan Benítez es mexicano y siempre fue un eterno migrante, a los 18 años dejó su hogar y se independizó, viajó y vivió en varios países de Latinoamérica, y en Brasil conoció a una gualeguaychuense que es la mamá de su hija. El embarazo no fue planeado, y la historia entre ambos había terminado cuando se enteró de que iba a ser padre.
Sin embargo, tomó la decisión de migrar a Argentina para ser parte de la vida de su primogénita. Llegó al país directo de México con su perro, pensó que su ingreso a territorio argentino iba a ser más complejo, pero solo le pidieron su pasaporte y lo dejaron entrar.
Desde el aeropuerto viajó a Gualeguaychú y al poco tiempo se decretó pandemia. Si bien siempre tuvo el acompañamiento de la familia de la madre de su hija, relata que en un momento se sintió muy solo. Pero un día, el verdulero al que le compraba, le preguntó cuál era su junta, a lo que Alan contestó que no tenía. Entonces, el buen comerciante lo invitó a una peña con sus amigos. Hasta el día de hoy, Alan forma parte de ese grupo.
El mexicano resalta que eso nunca le hubiera pasado en su país de origen, donde la gente “anda más en la suya”, es una de las cosas que rescata de vivir en Argentina.
A pesar de que hace 4 años que está en el país, todavía no pudo obtener su residencia, la cual se encuentra estancada y no sabe por qué.
“Tengo un negocio, una hija, obra social y pago mis impuestos, incluso dije que quería hacerme la nacionalidad argentina, pero para tenerla tengo que renunciar a mi ciudadanía mexicana y no me conviene”, explica.
En este punto cuenta que es menos la burocracia para obtener la ciudadanía que la residencia y que por el momento se maneja con su pasaporte, al cual usa como si fuese su DNI.
Durante la pandemia, Alan comenzó un emprendimiento gastronómico de comida mexicana llamado Xiotte. En su cocina elaboraba preparaciones típicas como tacos, sopes, burritos y quesadillas que enviaba por delivery. El emprendimiento creció tanto que ahora cuenta con un local a la calle que guarda en su interior un ambiente auténticamente mexicano y, un mural típico de su cultura hecho por un artista local.
Sobre el interés de los gualeguaychuenses por la cultura mexicana, Alan señala que la gente le hace muchas preguntas, cómo por ejemplo si no le afecta comer tanto picante. Incluso, a algunos les da pudor preguntar por el pan que tiene nombre de zona genital femenina.
En relación a migrar, el gualeguaychuense-mexicano responde que nunca le costó el desarraigo y que en todas sus experiencias viviendo en otros países aprendió a adaptarse.