Ahora, padres que golpean a docentes
El proceso de ocaso de la autoridad de los maestros y de desprestigio de la escuela como institución suma otro ingrediente: ahora los padres les pegan a los docentes.El tema saltó a la palestra a nivel provincial a raíz de un episodio de violencia acaecido días atrás en Concordia, cuando una madre golpeó a una maestra de Ecuación Física al salir de la Escuela N°3 Domingo Faustino Sarmiento.El Diario Uno de Paraná da cuenta de otros tres casos de violencia de este tipo en otros colegios de Entre Ríos y registra la preocupación que existe en el gremio docente ante el aumento del fenómeno.Sin embargo, Graciela Bar, titular del Concejo General de Educación (CGE), relativizó el fenómeno, señalando que "son hechos excepcionales". Pero los docentes, reporteados por el diario, afirmaron que es común -aunque no de todos los días- sufrir algún tipo de agresión por los padres de sus alumnos, ya sea en el interior de las escuelas como en la calle.En este sentido señalaron que la violencia verbal es más frecuente que la física. "Insultos de los padres hay siempre", declararon. "La palabra del docente no vale nada. Siempre está desacreditado y ante el primer problema viene la agresión".Al parecer los docentes viven en un clima de temor por la posible reacción de los padres, a los que no ven como aliados en la educación de sus hijos, sino como adversarios."Nosotros sabemos que el problema está y lo hemos tratado", dijo por su lado Roque Santana, secretario general de la seccional Paraná de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer)."Se percibe una pérdida imaginaria de la autoridad institucional del docente, pero eso es parte del desprestigio en el cual también está la educación pública", declaró.Santana aseguró que el tema preocupa porque "uno se siente huérfano de seguridad. Porque no puede ser que frente a una situación donde no hay conformidad, un padre reaccione con violencia".¿Cómo decodificar esta información? En principio, uno podría hacer un viaje retrospectivo, detenerse en los problemas de indisciplina que había antes en la escuela, y cotejarlos con lo que pasa hoy.Ahí se advertirá que mientras no hace mucho -¿cuándo, en 1960, acaso?- los principales problemas eran hablar a destiempo, hacer ruido, mascar en clase, romper la fila, violar el código de vestimenta; hoy hablamos de alumnos y padres golpeando a maestros.¿Se ve la dimensión de la decadencia que atraviesa la institución escolar? ¿Se percibe la licuación monstruosa que ha sufrido la autoridad del maestro? ¿Se toma nota de la pendiente en la que estamos?Sin duda, la sociedad es cada vez más violenta y es en la escuela donde resuena el eco de esa violencia. Eso es cierto. Como lo es también que desde hace algunos años la pedagogía enseña que la escuela no es un lugar jerárquico.Pero la institución escolar es un lugar de formación y de trabajo. Por eso mismo debería ser un lugar de obediencia y respeto, porque la relación entre el docente y el alumno no puede ser una relación entre iguales.Hemos introducido, así, el caballo de Troya que acabó con el principio de autoridad escolar. Los padres también le han perdido el respeto a los docentes.Además muchos de ellos transfieren a la escuela responsabilidades de las que abdican (le piden que los eduquen en los "límites"). Pero luego, ante el desbarajuste, desautorizan a los maestros. No sólo eso: ahora les pegan.Que nuestros maestros sean golpeados e insultados, por aquellos que en teoría deberían ser sus aliados clave en la educación, da una pista de la crisis de autoridad social que aqueja a la sociedad.
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