ANIVERSARIO GLORIOSO
A una década del ascenso de Juventud Unida a la B Nacional, Paolo Impini, el hacedor de un sueño
Un 2 de noviembre, pero de 2014, el Decano escribió la segunda página dorada de su historia y el encargado de ponerle la firma fue el defensor larroquense con un cabezazo que aún perdura en las retinas de los hinchas albicelestes y de los futboleros de la ciudad.
Paolo Impini es hoy el máximo referente del plantel de Juventud Unida que afronta el Torneo Regional Federal Amateur; un equipo que tiene el anhelo de volver a recuperar un lugar en el Federal A y posicionarse nuevamente en el fútbol profesional, como en los viejos tiempos.
La época dorada del club fue hace una década, primero con el ascenso del Torneo Argentino B al Argentino A y, posteriormente, a la Primera B Nacional, con 18 meses de diferencia entre un hito y otro.
Un día como hoy (2 de noviembre), casualmente, pero de 2014, es decir hace diez años, Juventud Unida logró el histórico ascenso a la segunda categoría del fútbol argentino, el logro deportivo más importante en sus 117 años de historia. El partido fue contra Gimnasia y Esgrima de Concepción del Uruguay por la penúltima fecha del Torneo de Transición.
Ese ascenso, además, tuvo un contexto épico y legendario, por cómo se dio. Es que el equipo comandado por Norberto Acosta se impuso 2-1, en una noche lluviosa y con un gol agónico de Paolo Impini, el caudillo larroquense que en la actualidad volvió al club con la misión de devolver al Juve al fútbol profesional.
A diez años del histórico e inolvidable suceso, el héroe de aquella epopeya rememoró la victoria y su cabezazo histórico que valió, nada más y nada menos, que un ascenso: “Fue un torneo corto y muy difícil, donde formamos un grupo increíble y armamos un equipo que salió a ganar en todas las canchas. Tengo un recuerdo maravilloso y es de los más lindos de mi carrera”.
Juventud llegó al partido contra Gimnasia, en Concepción del Uruguay, con la posibilidad de asegurar el ascenso a partir de una victoria, una fecha antes del cierre del campeonato. Y por eso, los hinchas decanos y los futboleros gualeguaychuenses viajaron en caravana hacia “La Histórica” y coparon la tribuna que se le asignó del estadio Manuel y Ramón Núñez.
“Hubo mucha expectativa, sabíamos que era una oportunidad única, que si ganábamos, éramos campeones. Ese día nos costó dormir por la ansiedad. Pero nos sentimos muy bien acompañados por la movilización de los hinchas de Juventud y del público en general. Se irradió una energía positiva y eso a nosotros nos dio un plus para saltar a la cancha. Salimos a jugar con la ambición de ir a buscar el triunfo de entrada, en un campo de juego complicado, porque había llovido bastante ese día y lloviznaba durante el partido. Además, no se veía mucho, pero nos habíamos aferrado a esa positividad que había en el entorno y pudimos coronarnos ese día”, recordó Paolo sobre las sensaciones previas al encuentro.
Juan Francisco Pereyra abrió el marcador a los 22 minutos del primer tiempo y Juventud estuvo en ventaja hasta los 39 del complemento, cuando Gimnasia empató con un gol de Carlos Rodríguez.
El punto no era un mal negocio para los de Acosta, porque el escenario no cambiaba demasiado de cara a la última fecha, dado que aún dependería de sí mismo y en condición de local.
Sin embargo, el final de la historia, feliz por cierto, se dio esa misma noche gracias a la aparición heroica de Impini. “Al gol, obviamente, no me lo voy a olvidar jamás”, expresó el larroquense y reconstruyó la jugada que valió un ascenso: “Le hicieron una falta a Gonzalo Rodríguez unos metros adelante de mitad de cancha. Le preguntamos al árbitro el tiempo de juego, porque físicamente nos dábamos más por el estado de la cancha, y nos dijo que era una de las últimas. Nos miramos con Matías (Marchesini, su compañero en la zaga), y dijimos ‘vamos a buscar el gol’. No se veía bien, lloviznaba, era de noche y las luces del estadio no funcionaban todas. Pero logré ver la pelota que vino de un centro largo, hice un paso para atrás, el arquero erró el manotazo y pude cabecear. Cuando lo hago, me caigo y me golpeo de espalda a la pelota. Automáticamente me doy vuelta y la miro como ingresa al arco. Sobre que la veo entrar, me paro y miro al juez de línea, porque pensé que iba a cobrar fuera de juego o alguna falta. Pero vi que corrió para el medio de la cancha, lo mismo hizo el árbitro, y ahí me di cuenta lo que había logrado”.
“Sentí que éramos campeones y empecé a correr como un loquito, porque no sabía ni cómo festejar. Me pasaron millones de pensamientos por la cabeza, pero principalmente que habíamos logrado un objetivo increíble. Fue una locura total, me crucé toda la cancha, me puse de frente a la hinchada de Juventud y pude de ser testigo de cómo festejaron ese gol. Fue otro de los momentos que van a quedar siempre en mi memoria”, agregó Impini sobre la celebración.
“Me pasaron millones de pensamientos por la cabeza, pero principalmente que habíamos logrado un objetivo increíble. Fue una locura total, me crucé toda la cancha, me puse de frente a la hinchada de Juventud y pude de ser testigo de cómo festejaron ese gol”
Por último, el larroquense se refirió a la actualidad de Juventud Unida en el Torneo Regional Amateur, donde ganó en el debut contra Parque Sur 3-1 y perdió en su segunda presentación ante Recreativo San Jorge, en Villa Elisa, por 1-0.
“El presente del club es otro, pero cuando llegué en 2012, la realidad era parecida a la actual. Estábamos en una categoría dificilísima, donde ascender era muy complicado y después de mucho esfuerzo y trabajo lo logramos. A los hinchas les digo que estén tranquilos que trabajamos duro para ganar en todas las canchas y que la derrota del otro día quede sólo como una anécdota. Les pedimos que no paren de confiar que nosotros vamos a dar la vida por Juventud. Estamos convencidos de que podemos alcanzar el objetivo que todos queremos y que vamos a representar y dejar al escudo bien posicionado”.
(Crédito: MR Fotografía)