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Riquelme, Gago y jugadores: lo que se juegan versus Godoy Cruz en la Bombonera
“Jugadores, no rompan las pelotas, a ver si se dan cuenta, que están jugando en Boca”. El cantito rompió la paz social -en este caso de la Bombonera-, hace apenas 10 días, cuando se consumó el empate ante Deportivo Riestra, en el tercer partido del ciclo de Fernando Gago. El hit tribunero tiene la misma melodía de otro, con una poesía bastante más picante (remata con un “a ver si ponen huevos, que no juegan con nadie”, con un insulto lapidario en el segundo verso), que suele entonarse en las crisis sin retorno. Esa tarde-noche, en cambio, una buena parte del estadio (La 12 prefirió no adherir por razones que son de público conocimiento) fijó posición, en un cantito limítrofe, que evitó insultos pero que marcó posición. Pues bien, de aquel empate ante el Malevo prosiguió una derrota vergonzante frente a Lanús, con un segundo tiempo para el aplazo, lo que extiende la racha sin triunfos de Gago como DT de Boca (dos derrotas y dos empates, con victoria por penales frente a Gimnasia por la Copa Argentina).
El momento de los futbolistas
En este pantano vuelve Boca a la Bombonera, para otro Cabildo abierto de cara a un público que está saturado de malas actuaciones de un equipo que hace un año jugaba la final de la Copa Libertadores, y que a lo largo de este 2024 sufrió un deterioro notable que lo hundió en este escenario de crisis.
Por eso, el principal foco del mal humor social son los futbolistas, y desde ellos más que de otro lugar deberán llegar las respuestas ante este plebiscito que deberán enfrentar esta noche frente a Godoy Cruz.
La responsabilidad de Gago
Con toda lógica, por ahora Gago se mantiene lejos del ojo del huracán, aunque las fuerzas centrífugas del momento eventualmente lo alcanzarán más temprano que tarde. Cuatro partidos son muy poco volumen como para que el nuevo entrenador se tenga que hacer cargo del muerto, pero también es cierto que la misma crisis que lo precedió y que terminó con Diego Martínez también se comió el crédito de la luna de miel de todo ciclo que comienza.
A Gago, también, le faltó pulso para administrar el momento. Se nota que quiso hacer mucho de entrada, se apuró en meter mano y al equipo le costó asimilar sus conceptos, más que nada porque la falta de confianza erosionó todos los intentos de Pintita de cambiar el chip.
El DT, mientras tanto, sigue volanteando porque lo que prueba no le funciona. Ahora, se estima, volvería a la línea de cuatro, pero los jugadores entran y salen al equipo sin ton ni son. Como Pol Fernández, que de borrado pasó a ser suplente, lo echaron, y ahora sería titular. O Saralegui, que esta vez no fue convocado para el partido.
Riquelme no está a salvo
En este contexto, Juan Román Riquelme no está a salvo del incendio. Como nunca, su figura fue muy cuestionada en redes sociales, en los medios y en el humor de los hinchas, que lo señalan, con toda lógica, como el responsable máximo de este momento, por una mala elección de entrenadores y un mercado de pases, el último, que se quedó muy corto en cuanto a la necesidad de incorporar jerarquía.
(Olé)